martes, 31 de mayo de 2011

Sincerando

Sé que nadie dice estas cosas en el cine argentino, donde el autobombo es lo habitual, pero sincerándome puedo decir que Fantasma de Buenos Aires no fue un éxito de taquilla. No tuvo un recorrido en festivales importantes. Recibió una crítica apenas buena. Pasó desapercibida en video. No tuvo una propagación demasiado explosiva en internet y no hay canales de televisión o cable interesados en comprarla.
Sin embargo de la gente que la vio, más personas en la red que en cine o video, me han llegado y me siguen llegando muchísimos mensajes de apoyo, felicitaciones y (lo más notable) agradecimiento por la película.
Uno de los últimos que me llegó por youtube es muy especial. Acá va:

"Muchas gracias, Guille. Vi esta película el mes pasado con mi abuelo de 96 años. 3 días después de verla falleció. Pero me diste las 2 horas mas felices de mi vida, mirándola con el mientras revivía su juventud y me contaba historias y aventuras que le tocó vivir; similitudes y diferencias de su historia con la de Canaveri.
Hoy la volví a ver y se me volvió a llenar el alma. Te agradezco mucho y tenés que estar muy contento de las dimensiones que puede llegar a tomar una película (al menos para mi).
Espero que sigas en lo mismo porque lo hacés de manera fantástica.
Un saludo.

Gustavo
, de Comodoro Rivadavia."

De alguna manera que alguien me diga todo eso, vale más que un número en la taquilla, que una invitación de Cannes y que una venta a TV abierta. "me diste las dos horas más felices de mi vida" está fuera de lo que suele provocar cualquier película y ni hablar de una película argentina, de las que algunas veces decimos justamente lo contrario. Gustavo, gracias a vos por tu mensaje, porque a pesar de todo lo que dije al principio, y de que hacer otra película no está resultando fácil, te puedo asegurar que por haber llegado como llegué a gente como vos, estoy contento, sincerándome, estoy contento.